Los resultados de las pasadas elecciones de Madrid sorprendieron a más de uno, incluido a este diario local, que como la mayor parte de los madrileños contábamos con la victoria de Ayuso, pero con la continuidad del statu quo en el que la presidenta se viera obligada a pactar con algún otro partido para conseguir los suficientes escaños que aseguraran su investidura. Lo que muy pocos nos esperábamos fueron los 65 escaños con los que al final de la jornada Ayuso arrasó, ni la salida de Pablo Iglesias de la política, entre muchos otros acontecimientos.
Como aseguraban varios vecinos del céntrico barrio de Chamberí: “Esta claro que Ayuso va a ganar, pero seguramente no consiga la mayoría absoluta, esto es una pérdida de tiempo”. Y eso era lo que todo el mundo se esperaba, pero la que hace menos de dos años era un personaje político casi desconocido, ha resultado ser un fenómeno popular que ha conseguido movilizar a miles de madrileños con su discurso de sí a los bares, no a las restricciones.
Otra de las sorpresas del final de la campaña electoral fueron los resultados del PSOE que en contra de lo que muchos imaginábamos, entre ellos Miriam Dorado apoderada del partido a quien habíamos entrevistado aquella misma mañana en frente del colegio electoral Santa Engracia, empataron en 24 escaños con Más Madrid, quiénes han conseguido superar al PSOE en votos. Parece ser que muchos de los votantes desencantados con el Partido Socialista, junto con muchos otros jóvenes indecisos pero que no estaban dispuestos a apoyar a la derecha, prefirieron dirigir sus votos al nuevo partido. Y es que, aunque Más Madrid no haya dado mucha información de lo que tiene pensado hacer en la capital ni un plan consistente que podamos considerar en serio, tienen un discurso “light” y un historial menos corrupto que el de los otros partidos. Así que entendemos el por qué de su rápido ascenso.
Pero la verdadera sorpresa la dio el líder de Nosotras Podemos cuando comunicó en su supuesto último discurso su decisión de dejar la política definitivamente, después de haber logrado conseguir tan solo 10 escaños, una carrera llena de polémica y acusaciones de corrupción y, el hastío de la mayoría de sus votantes. Con la frase final de: “No voy a ser un tapón para un nuevo liderazgo. Yo no sé lo que es el destino, caminando fui lo que fui”, Pablo Iglesias da fin a su trayectoria en política y a los titulares (nunca indiferentes) con los que hemos ido llenando las páginas de este periódico.
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